El estrés, acompañante habitual de la infertilidad

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Hoy quiero hablarte de un acompañante habitual de la infertilidad: el estrés.

Que los tratamientos de reproducción asistida (TRA) producen estrés no será una novedad para ti si estás inmersa en ellos. Quizás si eres de las pocas afortunadas (una de cada cuatro o cinco) que consigues tener a tu hijo a la primera transferencia y arropada por un equipo profesional humano y sensible (aquí desconozco las estadísticas pero aseguraría que muy pocas tienen esa suerte), puedas vivir el proceso con cierta ilusión y calma.

Lo normal, seamos francos, es que no se consiga a la primera y que con cada tratamiento el estrés vaya en aumento. Y el tiempo no juega a nuestro favor, sobre todo si hay baja reserva o la edad de la mujer es avanzada. Y a veces el dinero tampoco ayuda. Se van agotando los tratamientos públicos o incluso no se puede optar a ellos y cada tratamiento supone un considerable desembolso que no todo el mundo puede afrontar con ligereza.

Y aunque no haya problemas de tiempo o dinero, siempre los hay de energía.

Cada tratamiento es un desgaste, una ilusión puesta en un proceso cuyo desenlace no es el esperado.

Tienes un deseo enorme de crear vida, de acoger un nuevo ser en tu vientre y amarlo y te frustra cada intento fallido. Con cada fracaso, sientes que el objetivo se aleja y eso te hunde y te estresa aún más (aunque en realidad cada fracaso, normalmente te acerca al éxito ya que la tasa de no embarazo con ciclos acumulados es tan baja que ya hay clínicas por las que pagas por asegurarte embarazo).

La investigación ha demostrado que las mujeres sometidas a tratamiento por infertilidad tienen un nivel de «estrés» similar, y con frecuencia más alto, que el de las mujeres que se enfrentan a enfermedades mortales como el cáncer o enfermedades del corazón (1).

Sí, es muy fuerte, lo sé. La gente que no ha pasado por ello te dice: al menos tienes salud, no es tan importante… Pero para ti sí lo es. Yo no recuerdo haber sentido tanto dolor y tanta ansiedad en mi vida y eso que he pasado por eventos muy tristes. El caso es que el estrés siempre acompaña de una forma u otra a la infertilidad. Es evidente que es una consecuencia, pero hace ya bastante tiempo que se investiga la relación entre estrés e  infertilidad por si fuera también una causa.

¿Habría una relación circular entre el estrés y la infertilidad?

Soy infértil, me estreso por ello y eso me hace más infértil, me estreso más y aún más infertilidad… O directamente: Soy fértil, soporto un estrés elevado sostenido en el tiempo y por ello disminuye mi fertilidad…

¿O sea que puedo ser yo misma la que me causo la infertilidad por no saber relajarme? ¿Es mi culpa vivir estresada? No. No tenemos culpa de nada. Bastante tenemos con renunciar a nuestro sueño lícito de tener hijos como los ‘normales’ como para ponernos una carga así de grande encima.

Ahora bien, hay factores que pueden influir en nuestra capacidad reproductiva y está bien prestarles atención. No somos culpables, pero sí responsables de cuidarnos y buscar ayuda si no somos capaces de manejar nuestros niveles de ansiedad. Más allá de que aumenten la tasa de éxito de un TRA, estoy segura de que aumentan las probabilidades de soportar el desgaste de ciclos fallidos y volver a intentarlo hasta conseguirlo.

Desde siempre se han embarazado mujeres en situaciones de fuerte estrés como guerras, violaciones, muertes cercanas o catástrofes naturales. Por tanto, el estrés no lo es todo. Conozco una chica que se embarazo por Fecundación In Vitro (FIV) soportando unos niveles altísimos de ansiedad y así vivió todo el embarazo y sus niños hoy están preciosos con sus casi nueve meses. Eso sí, ella tuvo diabetes gestacional y aparte de ello, pasó un embarazo regular…

Con estrés se puede concebir. Y sin estrés a veces no se puede concebir.

Eso de ‘relájate y verás como llega’ no solo no suele funcionar sino que con frecuencia hace mucho daño a quien lo desea y no lo consigue. Casi siempre hay una razón médica que dificulta el embarazo, aunque a veces no se conozca. Y que otros te digan que relajándote se soluciona todo nos hace sentirnos más incomprendidas.

Una amiga a la que tuvieron que extirpar las trompas por endometriosis me contaba que la gente le decía que por qué acudía a reproducción asistida, que se fuera de viaje y saldría embarazada. Ella se mordía los labios hasta que alguna vez contó lo que la ocurría y que, para milagros, la virgen María. Sin trompas, el óvulo nunca podría encontrarse con el espermatozoide por relajados que estuvieran…

Pero, ¿qué evidencia hay acerca de la influencia del estrés sobre la fertilidad?

Según las fuentes que consultemos la información es contradictoria.

Recientemente la Dra Jacky Boivin (una de las mayores autoridades mundiales en el estudio de los aspectos emocionales de las parejas con problemas reproductivos) ha publicado el mayor análisis sobre este tema recogiendo datos de 14 estudios con más de 3500 pacientes incluidas. La conclusión es muy clara: “el estrés emocional provocado por la infertilidad u otros aspectos de la vida no influyen en la probabilidad de conseguir el embarazo durante los tratamientos de reproducción”

Por lo tanto y como conclusión, podemos asegurar a nuestras pacientes, con los datos que disponemos en la actualidad que esa “ansiedad” u “obsesión” no es la culpable de no conseguir el embarazo.

La infertilidad produce estrés, pero el estrés no produce infertilidad.(2)

Ahora bien, todos conocemos casos en los que efectivamente cuando se han relajado porque han dado todo por perdido, o ya consiguieron su primer hijo por FIV, o ya están a punto de adoptar, etc, aparece el embarazo natural contra todo pronóstico. Para ejemplo, aquí van los de dos mujeres que admiro, Laura y Luciana, autoras de un blog (diariodeunamadreingeniera) y un libro (El deseo más grande del mundo) muy recomendables:

http://diariodeunamadreingeniera.com/estoy-embarazada/

Pero también conozco casos de primera mano: compañeras de camino que tras varios intentos fallidos quedaron embarazadas de forma natural.

Algo parece influir el quitarse presión para que todo el proceso fluya mejor.

Y al mismo tiempo, aunque suene retorcido, es una presión creer que quitarse presión puede ayudar, ¿me entiendes? No es tan fácil soltar. Cómo no obsesionarse con lo que uno más desea… Pero esta obsesión nos hace angustiarnos más y quizás eso no beneficie los TRA.

Si bien es cierto que hoy sigue siendo un misterio la relación exacta entre el estrés y la fertilidad, el impacto que este ejerce en la fertilidad es imposible de ignorar a la luz de multitud de estudios publicados en las revistas científicas más importantes en materia reproductiva, que demuestran cómo el estrés afecta de manera significativa reduciendo la probabilidad de que una mujer pueda quedarse embarazada de manera natural, e incluso cuando la misma recurre a técnicas de reproducción asistida (1).

Otro estudio también apunta en la misma dirección:

El estudio concluyó que las mujeres con altos niveles de marcadores de estrés en su saliva tenían una menor probabilidad de embarazarse, comparado con aquellas que tienen bajos niveles de estos marcadores (3).

La información de los estudios, como señalaba antes, es contradictoria.

Sin embargo, me gustaría preguntarte, así a voz de pronto: ¿tú qué crees? ¿Crees que en algunos casos el estrés puede estar interfiriendo en el proceso? ¿Y en tu caso en concreto? Yo desde luego sí que creo que cuando rebajé mis expectativas y acepté cualquier posible final, algo hizo click en mi cabeza y mi conjunto cuerpo-mente se encontró repentinamente más preparado.

Además, me resulta fácil entender que con estrés estamos preparados para salir corriendo o pelearnos, no para darnos un revolcón y procrear.

Y tú, ¿le exiges a la vida ser madre para ser feliz y tener una vida plena? Y esta exigencia, ¿cómo te hace sentir? ¿Podrías cambiar tu exigencia por una preferencia? ¿Te sentirías menos presionada en tu camino hacia la maternidad? Y, más allá de la maternidad que no llega, ¿tienes algún otro estresor importante en tu vida? ¿Es reciente o te acompaña desde hace mucho tiempo? Es importante comprender la diferencia entre un estrés agudo y uno crónico:

El estudio de Campagne DM, recogido por la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) en su Libro Soporte, “Fertilidad y temas emocionales” (2012), señala que es necesario diferenciar entre dos tipos de estrés: El estrés agudo y el estrés crónico. El primero está producido por el problema de fertilidad o los procedimientos de fertilidad, mientras que el crónico sería un estrés previo. Ambos influyen de modo importante en nuestra capacidad natural para concebir y afectan negativamente al resultado de los tratamientos de Reproducción Asistida (RA).

Aunque este especialista manifiesta la gran importancia de reducir los dos tipos de estrés, puntualiza que el estrés agudo debe ser manejado mediante técnicas psicológicas aplicadas durante el periodo de búsqueda de embarazo o durante los tratamientos de RA, para evitar su abandono, mientras que el estrés crónico debe manejarse y reducirse antes de iniciarse el proceso de búsqueda o del comienzo de cualquier tratamiento de la fertilidad.(4)

Sea como sea, yo quiero ayudarte a vivir la infertilidad con menos estrés y más serenidad.

Por el momento, quiero hacerte llegar diez consejos para aliviar tu ansiedad:

Descúbrelos descargándote este decálogo para rebajar tu estrés por la infertilidad:

Si tienes cualquier duda, requieres acompañamiento terapéutico o quieres conocer técnicas para reducir el estrés, puedes contactarme por WhatsApp o pedir tu sesión de valoración gratuita:

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  1. https://www.ginefiv.com/ei_estres_infertilidad.aspx
  2. https://www.institutobernabeu.com/foro/el-estres-y-su-impacto-en-la-infertilidad/
  3. https://www.natalben.com/estres-afecta-fertilidad
  4. https://www.porquequierosermama.com/el-estres-afecta-negativamente-a-nuestra-capacidad-para-procrear/

 

beatriz

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