Nuestro refugio en Manzanares

Entre medias de todo este dolor de querer y no poder ser madre y estas ganas de apartarme del mundo, hubo una tabla de salvación: nuestro refugio en Manzanares.
Yo siempre había querido probar vivir en la sierra o ir todos los fines de semana.
Con los tratamientos de reproducción asistida que habíamos acordado hacer bastante seguidos, decidimos que no haríamos nigún viaje largo ese año (como los viajes a India o Japón de los años previos)
Queríamos estar más a mano para cualquier tratamiento privado o llamada de la seguridad social.
En su lugar nos dimos el capricho de alquilar un ático minusculo (con una terraza muy maja) en Manzanares el Real.
Y fue todo un acierto. Fue nuestro refugio, donde lamernos las heridas cuando hacía falta, salir a pasear a esperar las llamadas del laboratorio cuando tocaba y disfrutar de un entorno precioso.
Seguíamos viendo a nuestros amigos y acudiendo a eventos sociales que nos apetecían. Pero teníamos la posibilidad de aislarnos sin dar muchas explicaciones cuando nos lo pedía el cuerpo, que fue muchas veces.
Te lo recomiendo totalmente: busca tu refugio.
Puede ser unas clases de pintura, un grupo de senderismo, decidir ir más a la casa del pueblo…
Lo que sea pero que te permita encontrar un espacio seguro y alejado de tu vida habitual.
Te va a dar un respiro, y mucha paz.
Un abrazo acogedor cual refugio hogareño cuqui y cómodo
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