Secuelas de una madre narcisista: reconocer, sanar y avanzar

Secuelas de una madre narcisista

Aunque a menudo uno no sea consciente de ello, las secuelas de una madre narcisista impactan en multiples áreas de la persona.

Crecemos con la idea de que el amor materno es incondicional, pero con una madre narcisista este concepto de amor está muy distorsionado.

Esa imagen de madre arquetípica buena y cuidadora se transforma en una constante lucha emocional. Es un querer tener a mamá, querer confiar en ella, y no poder hacerlo. 

Este artículo te acompaña para que puedas explorar las secuelas emocionales y psicológicas de haber tenido una madre narcisista, cómo estas afectan la autoestima y las relaciones en la adultez, y los pasos que pueden ayudarnos a sanar.

¿Qué significa tener una madre narcisista?

Una madre narcisista se caracteriza por anteponer sus propias necesidades a las de sus hijos, mostrar una baja empatía y proyectar una imagen de perfección que espera ver reflejada en sus hijos.

Pueden verse como madres estupendas de cara a los demás, pero en casa es muy diferente.

En lugar de cuidar y nutrir de afecto a sus hijos, solo se ocupan de sus propios deseos, pudiendo incluso ver a sus hijos como extensiones de sí mismas.

Los hijos, de esta manera, están continuamente presionados a satisfacer las necesidades de mamá si quieren ser vistos, lo que entorpece que puedan crearse una identidad propia.

Una madre narcisista puede, por ejemplo, obligar a sus hijos a apuntarse a las extraescolares que a ella le hubiera gustado cursar, alardear del expediente académico de sus hijos… O elegir un restaurante o un plan familiar que le gusta a ella en lugar de priorizar a sus hijos. O culparles por preferir pasar tiempo con sus amigos o sus parejas en vez de con ellas.

Además, puede hacer todo esto manipulando con estrategias muy elaboradas e incluso haciéndose la víctima y generando confusión a su alrededor.

Es experta en el chantaje emocional que probablemente también usará con papá.

Es incapaz de conectar emocionalmente, con empatía, con los demás y cuando muestra atención, puede ser por conveniencia o por educación más que tratarse de un interés genuino por el otro.

Además, es frecuente que minimice las experiencias de sus hijos y desvíe las conversaciones a sus necesidades, experiencias o a “lo malita que está” o «con lo que he hecho por ti».

Tiene normalmente exigencias de perfeccionismo para sus hijos que obviamente son inalcanzables y nunca es suficiente para ellas.

También puede ser controladora, saber dónde estás, con quién, qué haces, o cotillear tus diarios o conversaciones, porque cree que tiene todo el derecho al percibirte como una extensión de sí misma.

Además, puede oscilar entre idealizar y despreciar a sus hijos en función de su estado emocional o de cómo se ajuste su comportamiento a lo que ella desea.

Todos estos comportamientos son de abuso emocional.

Sé que la palabra abuso suena muy fuerte pero su definición es ‘Hacer uso de algo de modo excesivo o indebido’ , ‘aprovecharse de alguien’ y eso es precisamente lo que una madre narcisista hace con sus hijos.

Como señalaba antes, es probable que fuera de casa se comporten como madres divertidas, cercanas, que elogian a sus hijos, y que otras personas las admiren o quieran como madres. Justo al revés que en casa. Esto, como comprenderás, genera aún más confusión e inseguridad.

Y en esta falta de empatía, la madre narcisista es incapaz de ver a su hijo genuinamente como es, mirarlo amorosamente y conectar con él.

En realidad, ella misma no ha aprendido a mirarse a sí misama así tampoco y el «amor» condicionado, distorsionado y caótico que ofrece es el único que conoce. Para cualquier niño, crecer con la ausencia de la mirada genuina y tierna de mamá es muy duro.

No es preciso que tu madre se ajuste a absolutamente todas estas características pero si la ves reflejada en varias de ellas, probablemente sí sea o fuera una madre narcisista.

Tener una madre así afecta de manera profunda el desarrollo emocional del niño de diferentes maneras que vamos a explorar.

Efectos psicológicos en los hijos de madres narcisistas

  1. Baja autoestima. Al no recibir una validación genuina ni una valoración de sus logros, los hijos suelen crecer sintiendo que no son suficientes. Esto se traduce en una constante búsqueda de aprobación externa y sensación de insuficiencia.
  2. Autocrítica excesiva. Ha habido una introyección (puedes leer más de la introyección aquí) del discurso materno lo que lleva a una crítica interna desmedida. Muchas veces estos niños no saben tratarse bien a sí mismos.
  3. Culpa. Estos niños a menudo se sienten culpables por desear establecer límites o distanciarse, pues han sido condicionadas a priorizar las emociones de su madre sobre las suyas propias.
  4. Necesidad de aprobación y falta de guía interna. Una madre narcisista deja una herida que se manifiesta en una constante búsqueda de validación externa. El niño puede preguntar si su dibujo es bonito a otros niños en lugar de fiarse de su criterio. O ajustar sus gustos a los de sus amiguitos para que así le quieran.
  5. Confusión. Esta es una de las características de estos niños que les hace sentirse más inseguros tanto en casa como fuera de ella. No pueden orientarse o fiarse de los comportamientos ajenos porque en casa los cuidados han sido ambivalente o inestables lo que les lleva a sentirse muy perdidos en las interacciones con otros
  6. Vergüenza tóxica. Esta es la vergüenza de la mala que te hace creer que traes un “defecto de fábrica” y que es irreparable. La vergüenza tóxica es de las peores emociones que puede sentir un niño porque daña intrínsecamente su identidad y genera mucha indefensión y desesperanza.
  7. Dependencia emocional. Al haber un apego inseguro, el niño puede buscar constantemente la atención de su madre o de otros referentes y que su estado emocional dependa del estado emocional del otro.

 

Secuelas de una madre narcisista en la adultez.

  • Desconexión de ellos mismos: como no se han validado, reconocido ni atendido sus necesidades emocionales, los adultos hijos de madres narcisistas tienden a no saber reconocerlas. A veces simplemente no saben lo que quieren en la vida cuando tienen la opción de elegir. De hecho, elegir puede ser muy desafiante para ellos.
  • Valor propio en función de la utilidad: pueden sentirse invisibles o solo reconocidos cuando cumplen con las expectativas de la madre o de su pareja o hijos o amigos… “Solo existo si sirvo, si soy de utilidad para un fin de otra persona” Esta creencia se arrastra normalmente a la adultez. Miden su valor en función de lo útiles que pueden ser para otros. Incluso temiendo irracionalmente dejar de existir o importar si dejan de estar al servicio de otros.
  • Negligencia para sí mismos: es frecuente que les cueste cuidarse de adultos. Han tenido que desconectarse de sus necesidades y seguramente recurrir a mecanismos adictivos de autorregulación como la comida, el alcohol, el tabaco, el exceso de trabajo o ejercicio. Es normal que en la adultez llevar una rutina de autocuidado sea más costoso que para otras personas que han recibido el cuidado y la atención que necesitaban de niños.
  • Sensación de incapacidad y vergüenza: Los adultos hijos de madres narcisistas pueden albergar mucha inseguridad en su interior y baja autoestima. Es normal ya que sus logros pocas veces fueron reconocidos (si acaso lo fueron, fue para alardear la madre) y sus errores fueron maximizados, incluso expuestos de momentos o espacios inadecuados.  De adultos es esperabla que emerja una vergüenza desproporcionada en algunas situaciones. Esto pasa incluso cuando la persona es extremadamente competente (lo que también es usual) en otras áreas.
  • Complacencia y dificultad para poner límites. Al haber aprendido que sus necesidades no son importantes, suelen involucrarse en relaciones en las que sacrifican su bienestar por complacer a los demás. En cambio, internamente pueden albergar rencor debido a ello. Poner límites les cuesta muchísimo y temen que la relación esté en juego si lo hacen. No saben lo que es poner un límite sano y tienen miedo de pasarse o quedarse cortas. En esta entrada tienes mucha información práctica de qué hacer si te pasa esto a ti.
  • Exceso o defecto de empatía: puede que seas hipersensible a las necesidades emocionales de los demás y seas hiperempático. O que hayas tenido que desarrollar un apego evitativo para sobrevivir y te cueste la intimidad emocional y reconocer cuándo otra persona se siente mal.

 

La ilusión de “algún día mamá cambiará”

Uno de los aspectos más dolorosos es el apego a la idea de que, algún día, la madre será amorosa y valorará a su hijo tal y como es.

Esta fantasía genera una dependencia emocional que lleva a la persona a buscar constantemente su aprobación. Yo he podido observar en algunas personas que he atendido que es posible seguir buscando la aprobación de mamá incluso si esta falleció hace mucho tiempo.

Sin embargo, para sanar, es necesario reconocer que la madre que se anhela probablemente nunca será la madre que se tuvo.

Aceptar esta realidad permite hacer el duelo por la madre ideal y empezar a sanar las heridas emocionales. Es preciso de primeras dejar a un lado las justificaciones y comprensiones de qué pudo conducir a la madre a actuar así. Hay que centrarse en reconocer y aceptar la magnitud del dolor de ese niño que sufrió el trato abusivo de su mamá. Esta es la única forma de, una vez validado este dolor, empezar a sanarlo sin minimizarlo como solía hacer mamá.

¿Cómo sanar las heridas o secuelas de una madre narcisista?

  1. Reconocer la herida y validar la experiencia. Entender que lo que viviste fue una forma de abuso emocional es el primer paso. Validar tus emociones y reconocer el impacto de esta relación en tu vida es fundamental para el proceso de sanación.
  2. Establecer límites. Aprender a decir “no” y poner límites es esencial. Aunque es un proceso desafiante, los límites te protegen y te ayudan a recuperar tu autonomía emocional y a ir encontrando tu propia verdad y derecho a existir por ti misma, no por la utilidad que tienes para otros.
  3. Practicar el autocuidado. Cuidar de ti mismo implica reconocer tus necesidades y trabajar en satisfacerlas. Invertir tiempo en actividades que te hagan sentir bien y construir una rutina que incluya descanso, ejercicio y autocuidado son pasos importantes.
  4. Buscar apoyo y rodearte de personas que te comprendan. Hablar con un profesional o unirse a un grupo de apoyo para hijos de padres narcisistas puede ser clave para avanzar en la sanación. Reconocer que es normal cómo te sientes y que también les pasa a otras personas rebaja mucho la sensación de inadecuación y vergüenza. Te ayuda a darte cuenta de que cómo te comportas hoy es consecuencia del trauma de haber crecido con una madre narcisista y no una tara irreparable.
  5. Hacer el duelo por la madre que se anhelaba. Liberarse de la fantasía de que algún día la madre cambiará permite que puedas avanzar hacia una vida más plena. Aceptar que no se tuvo la relación deseada, y que nunca se podrá tener, permite soltar las expectativas y dejar de buscar esa validación inalcanzable. Así mismo, abre la puerta a relaciones más equitativas y saludables en las que ir estableciendo este apego seguro. Son esta relaciones en las que uno se siente a gusto y puede ser quien es y atenderse a sí mismo a la vez que atiende la relación.

Establecer contacto cero para poder reparar las secuelas de una madre narcisista.

Limitar o bloquear la exposición a una madre narcisista al menos durante el proceso de sanación es algo crucial para poder avanzar. Dentro del contexto tóxico de minusvaloración y manipulación es imposible tomar la perspectiva y el aliento necesario para atender las propias necesidades de cuidado y sanación. Por mucho que sea tu familia y quien te dio la vida, eso no justica el daño que pueda hacerte. Quien no te respeta y no te cuida, no merece tu atención, independientemente de si es familia o no. Si quieres leer más acerca del contacto cero, aquí te dejo una entrada muy interesante.

Sanar las heridas que deja una madre narcisista es un proceso que implica valentía y constancia.

Reconocer el impacto, hacer el duelo por la relación idealizada y aprender a priorizarte son pasos fundamentales para liberarte de ella. Al romper con estas cadenas y dedicarte a tu propio crecimiento, podrás encontrar el camino hacia una vida plena y libre.

¿Sientes que esta información te ha ayudado a comprender mejor tu experiencia? ¿Reconices en ti las secuelas de una madre narcisista? Me encantaría saber tu experiencia. Abajo en comentarios puedes escribir. Por aquí te dejo las palabras de una persona con las secuelas del narcisismo.

Un testimonio de las secuelas de una madre narcisista.

Soy hija de papa y mama narcisista. Tengo 63 años y la vida se me ha complicado por las vivencias de mi infancia.
 
Cuando se habla de abuso narcisista se me pone la piel de gallina, me cuesta aceptar que yo pase por ahí. Porque a pesar de los pesares yo ame con locura a mi madre (como todos los niños aman a sus papas). Y… ¿Cómo uno puede tener tanto dolor por amar a alguien?
 
Llevo muchísimos años de terapia y confieso que me ha costado saber algo tan elemental como que yo existo. Esa sensación para mí es nueva.
 
La disociación me ha acompañado toda la vida y gracias a ella he sobrevivido. Ahora toca saber que ya no la necesito tanto y que me aleja de la intimidad que anhelo. Y en ello estoy.
 
Como consecuencia del abuso narcisista he sufrido depresiones, enfermedades autoinmunes, dolor físico, migrañas invalidantes. Además de un constante sentimiento de «no entender», de estar confusa, perdida.
 
La vida me ha regalado un montón de cosas buenas: pareja, hijos, una casa…. Aunque todo lo he vivido como si no fuera conmigo.
 
Uno aprende a vivir en supervivencia y solo ve lo negativo. La vida da mucho miedo, vivir da miedo, sentir da miedo, solo en la supervivencia estamos seguros.
 
Hay esperanza de salir de este bucle con mucha terapia, un acompañamiento compasivo y con mucha conciencia.
 
Solo así, la vida de forma muy lenta, va mejorando. 

 

 

beatriz
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