La felicidad no debe ser una obligación.

felicidad impuesta

Esta entrada la rescato de una newsletter para las navidades del 2022-2023 para reclamar un derecho que parece negado a muchas personas en Navidad, y es que la felicidad no debe ser una obligación nunca y parece que en estas fechas sí lo fuera.

El día de la lotería, el 22 de diciembre, tuvimos reunión de equipo en IntegraTE (cómo disfruto estos encuentros y qué enriquecedores son), y hablábamos de cómo en navidad es normal sentir una dicotomía dentro.

Por un lado, te apetece juntarte con personas que normalmente no ves pero a las que aprecias, y salir a buscar presentes para sorprender a los tuyos.

Por otro lado, la energía del invierno entrando y las noches largas te invita a recogerte en casa, a reposar y a dar espacio para visitar tus sombras.

Y por supuesto, la sociedad y la publicidad te obligan a poner buena cara y disfrutar de comilonas, consumismo y de un exceso de planes que quizás no te apetecen ni te sientan nada bien justo en este momento o tras este 2022.

Pero parece que en esta época solo se puede estar feliz. No cabe nada más. Solo familias unidas felices, de al menos un par de niños, con abuelos sanos, todos guapos y con regalos que sorprenden y encantan y con luces en el árbol y calefacción a todo trapo y corderos o pavos asados en la mesa.

Al menos así son todos los anuncios de turrones y la mayoría de publicaciones de influencers.

Pero esto no es la realidad y la felicidad no debe ser una obligación.

La realidad es que hay familias que no pueden disfrutar de algún ser querido porque ya no está, o que sufren enfermedades, o que no pueden tener niños aún aunque lo intentan cada, o que tienen que cenar macarrones con el abrigo puesto…

Y aun así tienen que estar contentos porque lo señala el calendario.

Como si la felicidad fuera algo que toca y punto.

Y la felicidad no debe ser una obligación sino algo que emerge naturalmente cuando procede.

Y en Navidad, muchas veces, no procede.

O porque para ti las navidades tengan desde siempre una connotación negativa por cómo las has vivido tú, o porque el 2022 haya sido un año duro (de mierder) para ti. O por lo que sea.

Por eso quiero decirte que si este año has vivido alguna pérdida importante o si simplemente no te sale sonreír con ganas ni tampoco hacer el paripé, te abrazo y te acompaño y desde luego te comprendo si no estás feliz.

Tengo muy cerca a un par de familias a las que tengo muy presentes estos días porque este año ha sido durísimo para ellas. Y desde luego no les he deseado feliz navidad, aunque por supuesto he tenido buenos deseos para ellas.

Buenos deseos en Navidad

Pero mis buenos deseos cada vez van más en la dirección de aceptar las cosas que nos trae la vida y aceptar también las emociones que suscitan estas cosas.

Y acompañarnos.

Entre nosotros y a nosotros mismos.

Algo que a veces no hemos aprendido porque a nuestra gente le ha costado acompañar nuestras emociones difíciles o intensas.

Pero algo que se puede aprender ahora.

Así que te animo estos días a que escuches lo que necesitas y que concedas un espacio a lo que sientes.

Y a que te respetes y te aceptes.

También a que te hagas respetar poniendo límites si es necesario.

Y que lo hagas de la forma más asertiva de la que seas capaz.

Te deseo un 2023 en el que seas capaz de acompañar mejor y de acompañarte mejor a ti mism@ en lo que sea que la vida te depare.

Un abrazo enorme y gracias por estar al otro lado de estas cartas.

Me encanta que me acompañes:)

 

 

Te comparto una entrada acerca de la compasión como refugio ante el sufrimiento por si puede ayudarte en este momento:

La compasión como refugio ante el sufrimiento

 

beatriz

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